En las redes están los amigos pero también los enemigos. La suplanta´ción de la identidad, el robo de contraseñas y el acoso cibernético son los casos extremos de uso fraudulento (y en muchos casos, punible) de las redes sociales. El hecho de compartir datos como la edad, las fotos o las aficiones es un acto libre, aunque inconsciente en muchos casos, pues se olvida que internet es un espacio público sobre el que el usuario no tiene control final << La simple creación de una cuenta hace que nuestra información básica aparezca directamente en los buscadores de internet>>, avisa la OCU. Esta información pública puede ser usada posteriormente, por ejemplo, para valorar a un candidato en una entrevista de trabajo. Además, desactivar una cuenta personal no garantiza la eliminación completa del perfil en la internet.
G/U/CAMPUS EL MUNDO 23/NOVIEMBRE/2011.